A este lado de la valla, la revolución tecnológica nos sonríe ufana, segura de cambiar nuestras vidas. Mencionar la palabra Internet (desde donde por cierto me leéis), es más que suficiente para confirmar que, probablemente, no le falte razón. Nuestra asociación no hubiera sido posible sin ella, y seguimos creciendo y encontrando nuevas colaboraciones a través de nuestra página web. Ahora con aún más motivos: mediante al programa Google Grants y la ayuda de una amiga de Inharrime (¡Gracias Marta!) ahora tenemos la oportunidad de llegar a mucha más gente.
Google nos ha incluido en su iniciativa de publicidad gratuita para organizaciones sin ánimo de lucro. Sólo tenéis que utilizar su buscador en español e introducir “apadrinar Africa” por ejemplo, y nos encontraréis en sus enlaces patrocinados, a la derecha (ver foto). Nuestra página está recibiendo muchas más visitas y eso se ha traducido en nuevos amigos de Inharrime, así que todos tenemos un nuevo pequeño paso que celebrar.
Al otro lado de la valla, aunque con cuentagotas y tal vez de forma distorsionada, también llegan las tecnologías. Las Hermanas del Centro Laura Vicuña esperan poder poner en marcha un Centro Informático (una sala con unos cuantos ordenadores) para la escuela secundaria. Otro ejemplo es la sorprendente expansión de los teléfonos móviles en Mozambique, a veces incluso a costa de necesidades más básicas.
No obstante, a pesar de estos avances, las razones y realidades de fondo no se pueden olvidar detrás de cortinas tecnológicas. El motor de nuestra asociación, con Internet o sin ella, es la voluntad de los padrinos, donantes y socios por cambiar las injusticias que, literalmente, nos rodean. Un viejo y digno ideal.
En Inharrime, la malaria sufrida por nuestra querida Hermana Lucília nos habla también de duras realidades y tecnologías. El esfuerzo para descargar y organizar el material para la escuela, que llegó a Inharrime en un contenedor, hizo que la experimentada Hermana confundiera los síntomas de esta enfermedad con un simple agotamiento. La malaria (o paludismo) es una enfermedad endémica en Mozambique que, aunque es responsable de miles de muertes cada año en África, resulta relativamente sencilla de tratar si se actúa con rapidez. El retraso en acudir a un médico hizo que nuestra sufrida Hermana pasara una dura convalecencia en el centro de salud de Inharrime. Durante cinco días estuvo ingresada, realizando pruebas y recibiendo suero. Afortunadamente ya se encuentra recuperada, pero el relato de su experiencia tiene trazas tragicómicas.
El personal sanitario no conseguía coger una vía para el suero y, para dar una idea del nivel de equipamiento del centro, al final uno de los enfermeros tuvo que utilizar la luz de su móvil para iluminar el brazo de la Hermana. Ninguno de los dos sabíamos si era para reír o para llorar mientras lo contaba. Tecnología al fin y al cabo útil, aunque no como para ocultar la triste y terca realidad.
Un fuerte abrazo
Los amigos de Inharrime
No hay comentarios:
Publicar un comentario